Como última actividad, ya para dejar nuestra capacitación en
el centro de rehabilitación, tuvimos la oportunidad de poder compartir con
muchos de ellos y salir de paseo. Fuimos al PUC (Parque Urbano Central). Desde
muy temprano nos concentramos en el centro de rehabilitación, para poder apoyar
y ayudar a los rehabilitando a subir a los buses y colaborar con las profesoras
del centro en el desarrollo de la actividad.
Pude observar que ellos poseían mucho entusiasmo y estaban
preparados para una mañana de esparcimiento y entretenimiento. Uno a uno fueron
subiendo al bus y acomodándose, para sorpresa mía muchos de ellos no
necesitaban de nuestra ayuda para desplazarse y lo hacían con total naturalidad
que era sorprendente.
Ya al llegar, nos asignaron a uno de ellos para poder
asistirlo. Pude trabajar con una señora muy amable y tranquila. Lo más maravilloso
de la actividad fue poder interactuar con ellos y conocerlos, saber de su vida,
de sus experiencia, de cómo perdieron la visión, de su batalla diaria, de las
experiencias tristes que pudieron pasar por la falta de visión, así como de las
cosas que les gustan, de sus sueños y aspiraciones, sus ganas de superación.
A la hora del refrigerio, fue posible compartir con todos, entre
estudiantes y rehabilitandos, hubo un momento de interacción, fue tan grato verlos
tocar sus instrumentos musicales, cantar, bailar, divertirse. Tenemos ideas
preconcebidas de ellos, pero todo eso se rompe al verlos y compartir con ellos.
La experiencia fue definitivamente extraordinaria, conocerlos
y saber que son personas tan iguales a nosotros con la única diferencia de que
ellos no pueden ver o que están perdiendo la visión. Pero no dejan de ser
personas con sueños, preocupaciones, alegrías y tristeza. No nos queda más que
admirarlos y aprender de ellos su sentido de superación, sus ganas de seguir adelante,
personas absolutamente admirables.